Deberes escolares: “Vuelta la burra al trigo”.
El jueves 9 de marzo de 2016 en “tribuna abierta” de El Periódico el Sr. Víctor Bermúdez Torres, miembro del Consejo Escolar de Extremadura, tachó la posición de PIDE en contra de los cuestionarios sobre los deberes de “rabieta sindical” en su artículo “Deberes, rabieta sindical y huelga educativa”.
Es preocupante que un miembro del Consejo Escolar, activista político y profesor de filosofía, como el Sr. Bermúdez tergiverse la realidad e intente menospreciar los argumentos de quien no está de acuerdo con él.
El Sr. Bermúdez dice no entender por qué no nos ha sentado bien la propuesta de regular los deberes y que parecemos, añade, “defender un modelo pedagógico más tradicional aún que el tardofranquismo”. Cuando alguien pasa al insulto, como ha hecho el Sr. Bermúdez, ya ha perdido la razón; acusar a un tercero de actitudes franquistas, tardofranquistas o neofranquistas es un insulto, dado que todos conocemos los desastres de la miserable dictadura que vivimos durante 40 años. Además alguien que defiende, como el Sr. Bermúdez, la religión dentro de la escuela es el menos indicado para acusar a nadie de actitudes franquistas, y menos a PIDE que ha defendido siempre que la religión debe salir de las aulas y que la educación pública debe ser la única financiada con dinero público. Exactamente lo contrario piensa el Sr. Bermúdez que, en la extraña deriva ideológica que ha emprendido, parece haberse hermanado con los tradicionales posicionamientos ideológicos defensores de la religión.
Nos recuerda el Sr. Bermúdez que PIDE fue uno de los 8 miembros de la comisión de los deberes, por lo que le parece extraño la protesta sindical en contra de los cuestionarios. Efectivamente, Sr. Víctor Bermúdez, fuimos uno de los ocho miembros; se lo repito, 1 de 8; se lo reitero, un octavo (ese fue el peso de PIDE en la comisión). Poco más hay que decir.
El ínclito Don Víctor nos pregunta qué hay de malo en los cuestionarios y acusa a PIDE de un corporativismo ciego y dogmático. De la acusación no voy a invertir tiempo es defendernos porque viene del defensor de la religión en la escuela, por tanto de cegueras y dogmatismo el acusador va servido. Pero sobre qué hay de malo en los cuestionarios si debo expresarme. Los cuestionarios, como ya he dicho en ocasiones varias, son profundamente descompensados dado que todos los padres, todas las madres y todos los alumnos de los grupos seleccionados podrán participar, mientras que por parte de los docentes solo el tutor será escuchado. El resto de profesores serán silenciados. También hay que recordar, para los olvidadizos, que en la comisión permanente del Consejo Escolar de Extremadura, no se permitió hacer ninguna enmienda, lo que constituye un claro síntoma de imposición. Y añado también que en dichos cuestionarios no tienen ningún reflejo preguntas muy interesantes para una tipología determinada de padres, cuestiones que evaluaran la sobrecarga de actividades extraescolares a las que muchos padres someten a sus hijos, o el nivel de satisfacción con el resultado académico de sus hijos y su nivel de esfuerzo, o si conocen el funcionamiento del centro, si cuestionan la decisiones “disciplinarias” que los docentes toman con respecto al comportamiento de los alumnos, etc. Preguntas que evalúen a los padres y madres, dado que estos también tienen responsabilidad en el éxito o fracaso de los escolares. Polarizar la discusión entre deberes “sí” o deberes “no” es inapropiado, es una actitud maniqueísta que no lleva a solucionar ningún problema. Los deberes no son malos, otra cosa es que se utilicen mal, se manden deberes inapropiados o en cantidad excesiva. Pero ese es otro debate. Hay que partir de deberes “sí” pero añadiendo “según y cómo”.
Dice la sabiduría popular que no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que le que no quiere oír. El señor Bermúdez argumenta que los deberes hay que racionalizarlos, que es lo que vengo diciendo desde hace mucho tiempo y en muchos foros diferentes, pero parece que el Sr. Bermúdez ni ve ni oye.
Los deberes cuando son de calidad y racionalizados son beneficiosos para los niños. Eso quedó claro, en su momento, en el informe PISA. En 2014 un estudio de la OCDE demostró que en alumnos de 15 años los deberes eran positivos, aunque reconocían también la importancia de la relación estudiante-profesor, las tutorías personalizadas y el sistema educativo de la nación. En su día el informe PISA concluyó que los deberes son una oportunidad más para el aprendizaje, pero que había que buscar fórmulas para evitar las desigualdades socioeconómicas de los alumnos desfavorecidos. Resulta muy difícil, inútil podríamos decir, convencer a alguien de que vea lo que no quiere ver. Aunque no pierdo la esperanza del que el Sr Bermúdez abandone el maniqueísmo al que parece estar asido con inusitada fuerza, y desista de actitudes inmovilistas y cínicas en las que con tanta naturalidad se nueve, y empiece, por fin, a entender que las cosas no son blancas o negras, y que en la gama de grises reside, normalmente, la razón.
En realidad el Sr. Bermúdez y yo estamos de acuerdo en más cosas de las que puede parecer a primeva vista. Estamos de acuerdo en que es conveniente racionalizar los deberes y que estos sean de calidad, coincidimos en lo perjudicial que es el exceso de ratio y la falta de medios y, en líneas generales, ambos convenimos que la LOMCE hay que derogarla. Pero no estamos de acuerdo en otras cuestiones: él quiere la religión dentro de la escuela, yo no; él quiere los cuestionarios sobre los deberes aunque estos silencien a la mayoría de profesores, yo no; él recela de los deberes con contumaz insistencia, yo no…Al margen de coincidencias y divergencias, lo sano es debatir y enfrentar ideas para llegar a un punto de encuentro. Y si esto lo hacemos con la mente abierta y desde el respeto, mucho mejor.
Alfredo Aranda Platero
Vicepresidente de PIDE