jueves, 2 de julio de 2015

"Opuesta al sistema de las oposiciones" de Reyes Lumbreras Santana, miembro de tribunal de oposición, publicada en Escuela Española, el 23 de octubre de 2003.

Opuesta al sistema de las oposiciones

Reyes Lumbreras Santana
(Escuela Española, 23/10/2003)

Soy maestra de Primaria en un co-legio de Madrid. El pasado mes de Julio participé por primera vez en el proceso de selección de opositores a maestros por la especialidad de Inglés en la Comunidad de Madrid, formando parte de un tribunal en calidad de vocal.
Finalizado el proceso de evaluación de opositores sentí pena y amargura por muchos candidatos que suspendimos injustamente y por otros aprobados que no lo merecieron. Los criterios de evaluación de los miembros del tribunal eran muy dispares. Al preguntar al presidente por los criterios de evaluación que se establecieron conjuntamente en la reunión de presidentes de tribunal previa a la oposición, me contestó que no existen tales criterios. La reunión fue únicamente de tipo organizativo y no se unificó criterio alguno, por lo que esa supuesta cohesión y armonía en la forma de evaluar de los tribunales no existió. Cada tribunal decidía cómo hacerlo. Si para colmo, entre los tribunales, al menos en el mío, existían criterios tan dispares, el proceso final de selección de candidatos no reflejaba, ni por asomo, lo que concurso-oposición pretende Calificaciones que otorgué, altas y me-recidas, a mi entender, fueron anuladas por diferencia excesiva con la menor nota del resto de compañeros del tribunal. Por ello muchos opositores quedaron evaluados con nota inferior a la que el sentido común aconsejaba.

Poco a poco fui saliendo de mi asombro al apreciar un cierto «compadreo» entre miembros de tribunales y opositores; en un principio muy sutil, para hacerse cada vez más descarado. Así, se escuchaban declaraciones como: «A tu amiga la hemos pasado», o «¿Tenéis a alguien en mi tribunal para aprobar?»

También advertí casos de complejo de inferioridad cuando el presidente de mi tribunal emitió una única pregunta en el debate a una candidata de origen británico y formulándola en español. Por no contrariar al presidente, o por vergüenza ajena, no emitimos más preguntas. La palma se la llevó otro tribunal que no se atrevió a preguntar nada a otra candidata, también nativa, eliminando así la fase de debate. Hoy, ambas candidatas son funcionarias en prácticas.

En la Subdirección me advirtieron que cada tribunal es soberano y que esos aspectos los debemos solucionar entre nosotros mismos.
Por favor, que no me llamen más para formar parte de una farsa en la que se juega con el futuro de tantos opositores.

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