viernes, 3 de julio de 2015

"Malos vientos para la educación" por Alfredo Aranda Platero, vicepresidente del Sindicato PIDE, publicado en la sección Tribuna del Diario HOY, el 13 de junio del 2008.

"Malos vientos para la educación"

13/06/2008 Alfredo Aranda Platero
Vicepresidente del Sindicato PIDE
DECÍA Séneca que no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va. Una vez más la Consejería de Educación no cuenta con los docentes, ni les informa someramente de los parches con los que pretende dar solución a problemas como el fracaso escolar. Hablamos, por ejemplo, del Plan de Refuerzo: la 'gran solución', que no ha sido del gusto de ningún sindicato y rechazada por la mayoría de los docentes.
Pero hete aquí que se prevé todo un «éxito» en cuanto a su implantación se refiere, dado que la instrucción que da salida a este experimento de dimensiones políticas ha sido perfectamente pensado para no permitir que los claustros se pronunciasen democráticamente sobre si el centro se adhería o no a este proyecto, pues bien sabían los responsables de Educación que el 'no' hubiese arrasado.
Por tanto, aunque los claustros lo rechazaran mayoritariamente, este plan de refuerzo se ha llevado a cabo contra viento y marea, dado que con sólo un docente dispuesto el plan de refuerzo se pone en marcha, aunque sea sin ninguna expectativa de resultados positivos.
La Consejería vende en los medios de comunicación las excelencias del plan y el magnífico nivel de aceptación del mismo por parte del profesorado. Sin duda, el re-fuerzo es un instrumento valedero para el apoyo a alumnos que lo necesiten, pero no se puede arbitrar esta medida a falta de dos meses de la finalización del curso y de forma unilateral, porque lo más probable es que sea un fracaso. Los responsables educativos muestran una gran terquedad al no contar, una y otra vez, con los docentes y los sindicatos para trabajar en la búsqueda de soluciones.
Pretender que chicos y chicas, cuyas dificultades de aprendizaje y comportamiento se derivan de factores sociales, familiares, económicos, etc., solucionen sus problemas permaneciendo en el centro desde las ocho y media de la mañana hasta las ocho y media de la tarde, resulta una concepción simplista sobre una realidad bastante más compleja. Y hacerlo, además, sin contar previamente con la consulta a docentes y sindicatos, demuestra claramente la fuerte carga de improvisación de la iniciativa.
Parece que la Consejería dispone de dinero: Plan Proa, Plan de Refuerzo Educativo, un ordenador por cada dos alumnos, próximamente un terminal ligero para cada alumno conectado al servidor del profesor, más tarde un portátil para cada alumno que sustituya a los terminales ligeros.
En ninguna de estas iniciativas se ha contado con la opinión de los docentes. Todo ese gasto se pudiera haber dirigido a atacar los males desde su base; por ejemplo, bajar la ratio alumno-profesor y atajar con medidas severas la indisciplina en las aulas, con lo que la inversión sería menor y los resultados, sin ninguna duda, mejorarían. A menor ratio, mayor atención personalizada y, por tanto, más probabilidades de éxito y mayor control sobre el alumno. Esta ecuación resulta ser una solución coherente, al estar dirigida a la base del problema.
Si, además, atajamos la indisciplina con medidas verdaderamente severas y promocionamos el trabajo como requisito sine qua non para llegar al éxito escolar, dejaremos, probablemente, de 'envidiar' a Finlandia. Pero no, la Consejería va a lo suyo, sin levantar la vista de su egocéntrico ombligo. Esconder los problemas detrás de iniciativas aisladas y unilaterales no hace otra cosa que retrasar y complicar la solución.
Nadie se opone ni a los PROA ni a los Planes de Refuerzo , pero los responsables educativos deben entender que disparar a un elefante con balines lo que puede provocar es el fracaso del tirador y que el elefante ni se inmute o, lo que es peor, que todo empeore, dado que a medida que pasa el tiempo, si no se ponen los remedios realmente necesarios, los problemas de indisciplina y de falta de esfuerzo que demuestran cada vez más alumnos puede convertirse en un mal endémico.

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