"Negocios
privados & fondos públicos"
12/01/2012 Alfredo Aranda Platero
12/01/2012 Alfredo Aranda Platero
ALFREDO Aranda
--Con los mercados financieros hemos topado, amigo Sancho.
--le dice Don Quijote a su fiel escudero mientras este se afana
en no perder la estela de Rocinante--.
--Pero, señor --apunta Sancho--, ¿qué es eso de los mercados financieros?
--Donde los ricos se hacen más ricos, querido amigo --responde Don Quijote--, y si meten la pata, por aquello de que la avaricia rompe el saco, el Estado, con tu dinero y el mío, sale a su rescate cual protector de ricos y azote de pobres.
--Pero, señor --apunta Sancho--, ¿qué es eso de los mercados financieros?
--Donde los ricos se hacen más ricos, querido amigo --responde Don Quijote--, y si meten la pata, por aquello de que la avaricia rompe el saco, el Estado, con tu dinero y el mío, sale a su rescate cual protector de ricos y azote de pobres.
La crisis económica que nos tortura desde el 2008 podríamos
definirla como la etapa de mayor depresión en la evolución
de la economía, que provoca un recesión continua
que termina en la disminución del Producto Nacional Bruto.
En este contexto socio-político y económico y con
la actual política fiscal los recortes son --o eso nos
dicen-- inevitables. El acoso hiperactivo del marcado financiero
a la deuda soberana española provoca que el Gobierno vaya
a ajustar el modelo de sanidad y de educación. De hecho
hay comunidades que hablan de copago sanitario, y la reducción
de funcionarios ya es una realidad; la tasa de reposición
(el 10%) se mantendrá sólo en los servicios públicos
esenciales. La reforma fiscal es una necesidad incontrovertible,
de otra forma no habrá manera de cambiar la dinámica
de caída libre en la que hemos entrado. Una vez más
nos congelan el sueldo a los docentes pese a que hemos perdido,
en los últimos diez años, el 22% de poder adquisitivo.
Pero no contentos con la congelación perpetua a la que
nos someten, nos suben, además, el IRPF y por tanto, en
realidad, tenemos una nueva bajada de sueldo (un país que
trata así a sus docentes no debería después,
y con ínfulas, hablar de excelencia educativa).
EL SISTEMA actual permite que el sector privado (inmobiliario
y financiero, fundamentalmente) pueda endeudarse de forma colosal,
convirtiéndose en los responsables de la crisis que padecemos
mientras que los ajustes más severos, para reconvertir
todo a la normalidad , se aplican al sector público y a
la población, es decir, a aquellos que no tienen culpa
de la crisis económica. Decía John Maynard Keynes
(prestigioso economista del siglo XX), que el mercado podía
permanecer irracional más tiempo del que un ciudadano podía
permanecer solvente.
Reflexión que en Grecia, por ejemplo, está materializándose
realmente en la medida que ya se empieza a hablar, incluso, de
hambre en la República Helénica.
Aprovechando la actual coyuntura económica, algunos mandatarios
se preparan para socavar la escuela pública; agresión
injustificable, antidemocrática y antisocial. La escuela
pública transmite los valores sobre los que descansa la
convivencia democrática de la sociedad, por lo que el Estado
debe garantizar todos los recursos necesarios para llevar a cabo
su tarea de transmisión de la cultura, de las normas y
valores que perpetúan la sociedad libre en la que vivimos.
La escuela privada-concertada no puede ofrecer tan magna labor,
por la simple razón de que tienen un ideario confesional
de obligada aceptación, amén del proceso de admisión
de alumnos que, en la mayoría de los casos, tiende a la
segregación social y cultural de los discentes. De hecho,
por todos es sabido, que dichos centros no suelen aceptar niños
de minorías étnicas, alumnos inmigrantes o chavales
con necesidades educativa especiales. Esta forma de funcionar
es legítima, en la medida que la escuela privada-concertada
es un negocio y se puede reservar el derecho de admisión;
lo discutible es que reciban subvenciones de dinero público
para llevar a cabo su particular forma de entender (y evangelizar)
la sociedad.
Sin embargo los conciertos aumentan de forma salvaje. Hay comunidades
en las que las plazas de los centros privados-concertados superan
a las de los centros públicos. En Extremadura, por ejemplo,
la concejala de educación del Ayuntamiento de Villafranca
de los Barros decía hace unos días que no tendría
ningún inconveniente en promover, si la Junta de Extremadura
lo permitía, que el colegio concertado San José
contara con una unidad de Infantil más. De igual manera
es incomprensible que en Montánchez se siga manteniendo
el concierto con el centro privado-concertado de la localidad
cuando no hay suficientes alumnos que lo justifique y, además,
un centro público cuya supervivencia debe ser la primera
preocupación de la administración educativa. Los
responsables de la consejería deberían recordar
que los conciertos educativos están justificados sólo
allí donde no llega la enseñanza pública,
o como complemento de ésta, de otra forma se está
faltando a los principios sagrados de acceso democrático,
universalidad y gratuidad que asegura la educación pública
como garante del principio de la igualdad social necesaria para
mantener el statu quo que con tanto trabajo hemos conseguido alcanzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario