El Sindicato el Profesorado Extremeño, PIDE, ganó las elecciones sindicales del pasado 1 de diciembre de 2022 en la Educación Pública convirtiéndose en el sindicato mayoritario; sin embargo, en otros dos sectores: sanidad y administración general, el CSIF consiguió, por poco, la victoria electoral.
Desde PIDE, sindicato transversal e independiente, advertimos que en el panorama nacional el CSIF es un sindicato de mediocres resultados, en algunas comunidades sin representación en muchos sectores, salvo en Extremadura donde solo PIDE, en educación, contiene su avance impidiendo que cumpla con sus objetivos; entre otros, que haya el mayor número de horas posible de religión en la escuela y el mantenimiento de las subvenciones públicas a negocios privados. ¿Por qué en Extremadura aún queda quien no ha advertido la verdadera naturaleza de este sindicato? No es fácil, tienen tal capacidad camaleónica de ocultar su idiosincrasia que hasta muchos de sus delegados ignoran para quien trabajan.
La archiconocida película “La invasión de los ultracuerpos”, me resulta muy apropiada como metáfora de una realidad que se vive en el sector funcionarial de la Junta de Extremadura. La capacidad de una organización sindical de seducir a una parte del electorado y replicarse entre ellos como el famoso virus alienígena de la película, es para hacer un análisis sociológico detallado dado que la actividad sindical de la susodicha organización es básicamente nula y aun así consiguen aparentar lo contrario, vendiendo éxitos sindicales de otros como propios o atribuyéndose mejoras laborales trabajadas y negociadas por todas la organizaciones sindicales como si fueran suyas o repitiendo aquello, como han hecho en varias ocasiones, de que “nos quitan MUFACE” y que solo ellos pueden evitarlo. La maquinaria propagandística puesta al servicio de intereses espurios al más puro estilo Goebbels.
El CSIF nunca pedirá el cierre de los conciertos educativos innecesarios, que en Extremadura son todos, porque la ideología extrema es un legado predemocrático que les pesa mucho. Saben que los conciertos innecesarios pagados con dinero público con empresas privadas están provocando el cierre de unidades públicas y de centros públicos completos, pero miran a otra parte mientras una parte del profesorado de la pública, incomprensiblemente, les regala sus votos para que con ellos sigan perjudicando sus puestos de trabajo y a la educación pública. Las comisiones de escolarización donde callan en unas ocasiones y en otras ni asisten, son expresión clara de una realidad patente y manifiesta.
Tengo la esperanza de que los funcionarios y empleados públicos de todos los sectores vayan advirtiendo qué sindicatos se preocupan verdaderamente por ellos y cuáles simplemente parasitan las instituciones. Y si ese anhelo no se materializa me quedará, al menos, la conciencia tranquila de haber intentado alejar del sector público a una organización que tiene una presencia creciente en el sector privado. De hecho CSIF ya no es “Central sindical independiente de funcionarios”, ahora legalmente son “Central sindical independiente y de funcionarios”; quizá esa “y” no escrita en su logotipo haya podido pasar desapercibida, pero es un claro mensaje de que no son independientes y, cada vez menos, de funcionarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario