jueves, 9 de noviembre de 2017
El bilingüismo en los tiempos del ‘brexit’. Por Alfredo Aranda. Publicado en El Periódico Extremadura
El 23 de junio del pasado año el Reino Unido decidió por referéndum –y por sorpresa–salir de la Unión Europea, para lo que establecieron un periodo de transición de 2 años; lo que no queda claro es si el idioma también se lo llevan. La UE tiene veinticuatro lenguas oficiales y de trabajo, porque 24 son los diferentes idiomas de sus integrantes. La lengua inglesa fue presentada como oficial, ante la Unión Europea, solo por el Reino Unido lo que, en teoría, la dejaría fuera de la UE salvo que, por ejemplo, algún país anglohablante de la Unión saliera al rescate.
Sea como fuere, es evidente que el brexit no tendrá efectos sobre el bilingüismo. El mayor enemigo del idioma es, en el caso de Extremadura, nuestra Consejería de Educación que sin ningún consenso decide iniciar un modelo idiomático «de bajo coste», imitando al impuesto, con mano de hierro, en la Comunidad de Madrid y que ha venido a demostrar, con el paso del tiempo, que ha supuesto un empobrecimiento de contenidos y un perjuicio para las materias no lingüísticas impartidas en inglés; y todo esto sin conseguir una mejora constatable en el dominio de la lengua inglesa.
En países como Finlandia un alumno que termina la secundaria tiene un dominio elevado de inglés. Algo tendrá que ver, digo yo, que en Finlandia cuando un alumno se retrasa salten las alarmas y los recursos materiales y humanos empiecen a funcionar como un reloj bien engrasado, cosa que en España es imposible dado que no hay dinero suficiente –o eso dicen, vete tú a saber– para atender, por ejemplo, con profesorado de apoyo específico y recursos adaptados, las dificultades de los alumnos de forma individualizada o, en su caso, bajar las ratios de los centros o hacer los desdobles necesarios.
Es inadmisible que la Administración no haya analizado, en los foros de debate correspondientes, los diversos enfoques a la hora de elegir el método más adecuado para la promoción del idioma. ¿Por qué no se pensó en un modelo que incluya auxiliares de conversación en todos los centros, desdobles, bibliotecas, intercambios de estudiantes, laboratorio de idiomas, campamentos de inmersión lingüística en verano o en fines de semana subvencionados por la Junta? Simplemente porque la promoción del idioma tal como lo han concebido es mucho más barato que otros enfoques y menos complejo. Y por si fuera poco, el dislate es de tal magnitud, que el sistema imperante lo aplican al revés; si en su momento se hubiese empezado por Educación Infantil (y no por los cursos altos de primaria), hoy, es probable, que los resultados fueses otros muy distintos.
No faltan ejemplos de países que haciendo las cosas de otra manera consiguen que sus alumnos, al terminar la secundaria, tengan un alto dominio de una lengua extranjera. Es paradójico, no obstante, que sea Inglaterra el país en el que menos haya que fijarse, dado que los ingleses consideran que no tienen ningún motivo para aprender otros idiomas porque con el suyo, piensan, les basta; de hecho las lenguas extranjeras allí son materias optativas. De las diez primeras asignaturas cursadas por los alumnos ingleses de secundaria ninguna es de un idioma extranjero; el estudio de idiomas, simplemente, no les interesa y las autoridades educativas de allí no hacen nada por evitar esta ruptura con los idiomas extranjeros.
Enseñar inglés introduciendo vocabulario específico de ciencias, matemáticas o historia no convertirá a ningún alumno en bilingüe. Cualquier idioma se aprende en situación de comunicación común, cosa que no ocurre en una clase de ciencias impartida en inglés. Y admitamos, para seguir adelante, que alcanzar el bilingüismo es una fantasía de nuestros gestores políticos; podremos aspirar a que nuestros alumnos tengan un buen dominio de una lengua extranjera, pero de ahí al bilingüismo hay un trecho de dimensiones planetarias; solo los ciudadanos que conviven, desde la infancia, en casa con más de un idioma podrán alcanzar a pensar en más de una lengua.
Mientras un alumno no domine su lengua materna con una alta corrección y tenga, además, un nivel excelente en un idioma extranjero (cercano, cuando menos, al bilingüismo real) es una estupidez utilizarlo como vehicular.
*Vicepresidente de PIDE.
viernes, 1 de septiembre de 2017
"La incertidumbre del interino" Por José Antonio Molero. Publicado en El Periódico Extremadura
Interino/a: «Dícese del que ejerce un cargo o empleo por ausencia o falta de otro». Del latín Interim: «Entre tanto, en el intervalo, a veces».
Una vez más el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española da una definición acertadísima de una situación laboral. Pero tanto el diccionario de la Real Academia como la administración educativa obvian un aspecto fundamental en esta descripción: El factor humano.
Se olvidan de la persona que ejerce ese empleo, de la problemática que conlleva trasladarse de un día para otro a una localidad distinta a la tuya. Se olvidan de que algunos son padres o madres, de que tienen familia, de que de ellos dependen otras personas.
La incertidumbre asoma con la llegada del verano, corroe al interino, es como la espada de Damocles «¿trabajaré o no trabajaré el próximo año?», «¿dónde me enviarán?», «¿cuándo me incorporaré?», «¿podré renunciar?», «¿qué hago con mis hijos?, ¿me los llevo o se los dejo a los abuelos?»... y así cientos de preguntas pasan por la mente del interino.
Incorporarse a un nuevo puesto de trabajo implica muchos cambios, muchas decisiones por tomar, algunas de ellas de manera precipitada. El suplicio comienza leyéndose las bases de la convocatoria, intentando comprenderlas. Para ello ves los vídeo-tutoriales en internet sobre cómo rellenar la instancia. El sufrimiento continúa cuando cumplimentas la solicitud de destinos, siempre con un mapa delante pues a modo de tortura has de conocer de antemano las distancias desde cada uno de los pueblos y ciudades de Extremadura hasta tu casa.
Luego te planteas una posible renuncia para lo que necesitas saber qué van a elegir los que están por delante y detrás de ti en las listas, te lanzas y lo preguntas en el foro, pero la gente prefiere no comentar sus decisiones… y después de todo este martirio te comunican que tienes que incorporarte tal o cual día en ese pueblo que te suena pero, así por lo pronto, no sabes por dónde cae.
En fin… un largo camino poco saludable para el estado de ánimo de un trabajador temporal que en más de una ocasión hace que se cuestione su vocación a pesar de que para llegar hasta aquí ha tenido que invertir mucho tiempo, esfuerzo y dinero.
La administración educativa se ha convertido en una gran gestora de interinos. La cantidad de estos es desmesurada.
Pero como administración debe tener la sensibilidad de que sobre todos ellos existe una carga angustiosa de lo que vendrá, tanto para los que trabajan como para los que no, para los que se incorporan próximamente o para los que esperan a ser llamados. Y todo esto a corto plazo, pues mirando hacia el futuro la incertidumbre se multiplica ante la limitada oferta pública de empleo, ante la posibilidad de que sus especialidades no estén incluidas en la futura convocatoria de plazas docentes.
Todo este gran problema tendría una fácil solución que sería cumplir la normativa en cuanto al número de interinos, dicho cupo se sitúa entre el 7% y el 10% del personal y no del 30-35% que hay en la actualidad. También ayudaría un decreto de interinos adaptados a la realidad educativa extremeña, con una zonificación adecuada, con un respeto por las oposiciones aprobadas sin plaza, por la experiencia del trabajador… por una serie de factores que busquen la estabilidad de estos trabajadores.
Y a todo esto, me pregunto si el informe Pisa dirá algo con respecto a este sufrido colectivo. Ah… no, del negocio de los interinos se encargan otros. Pero eso lo dejaremos para otro día.
* Delegado del Sindicato Pide
sábado, 22 de julio de 2017
"Deberes, cuando la verdad duele". Por Alfredo Aranda. Publicado en El Periódico Extremadura
Prosigue su discurso asegurando que soy incongruente porque nuestro sindicato se abstuvo en el dictamen final de las recomendaciones, sobre los deberes, del Consejo Escolar. PIDE participó en los debates de la Comisión Permanente y muchas de nuestras demandas aparecieron en el dictamen final, pero no todas las que hubiéramos querido y, congruentemente, nos abstuvimos.
Desde el inicio estuvimos en contra de los cuestionarios, no del debate; porque considerábamos, y seguimos considerando, que se ponía en tela de juicio la «libertad de cátedra» de los docentes, pero no porque esta sea intocable, como dice Víctor Bermúdez, miembro del Consejo Escolar, de forma jocosa ensimismado en su propio ego filosófico, sino porque lo recoge el artículo 20 de la Constitución.
Pese al posicionamiento inicial de PIDE decidimos participar en el asunto, dado que pertenecemos a la Comisión Permanente del Consejo Escolar de Extremadura, con la intención de mejorar el documento final (cosa que hemos hecho) y ser testigos de cómo se sucedían los acontecimientos. Con esta actitud, crítica pero constructiva, conseguimos introducir algunas mejoras (no todas lo que hubiéramos deseado), salvaguardar la libertad de cátedra de los docentes y, acto seguido, abstenernos para ser coherentes dada la equidistancia entre nuestra posición inicial y lo conseguido posteriormente. Es así de sencillo y de coherente.
El representante de la federación de padres considera que no hay ningún problema en evaluar al profesorado. Pero es que las encuestas en cuestión, seamos serios y sinceros, no evaluaban al profesorado, evaluaban la idoneidad de los deberes; tergiversar la verdad tiene poco recorrido y más en cuestiones de este calado.
Prosigue el presidente de la FREAPA-CP diciendo que ellos quieren que baje la ratio alumno-profesor, que se han manifestado contra la LOMCE y contra las reválidas y que PIDE no ha estado en esa lucha. Es del todo inaceptable que alguien diga, de espaldas a la verdad, semejante cosa. PIDE ha estado luchando contra la LOMCE y contra las reválidas con una contundencia incontestable y de eso los profesores son conscientes.
Hemos dicho en infinidad de ocasiones que los deberes, mandados en su justa medida y siendo de calidad, no suponen ninguna carga para el niño, más al contrario sirven para asentar conocimientos y crear hábitos de estudio; nada más y nada menos que «conocimientos y hábitos», que son la base fundamental para construir con éxito la vida académica de los alumnos.
Solo al final de su artículo, el dirigente de la FREAPA, acierta en su discurso: es necesario el debate. En eso, sin duda, estamos de acuerdo. Un debate que implique y afecte a toda la comunidad educativa, también a los padres y madres; dado que hay algunos progenitores, pocos espero, que piensan que los niños son de su propiedad y que están exentos de pasar ningún «examen de buena praxis educativa».
Los padres, madres o tutores legales tienen la responsabilidad, y la obligación (que no es opcional), de educar al niño dentro del respeto, la empatía, el cariño… y cubrir sus necesidades físicas e intelectuales, para que así asuman su responsabilidad para consigo mismo y con los demás. Hay muchos niños, y eso lo sabemos todos, que no tienen un control óptimo por parte de sus padres y esto les puede llevar a sucumbir a influencias negativas. A muchos progenitores les cuesta interactuar con sus hijos y no por falta de tiempo, sino de sintonía con ellos. ¿Quién evalúa a las familias para que cumplan con su parte de responsabilidad? Porque en el cumplimiento de esta responsabilidad, está gran parte del éxito que después los docentes tendrán con los grupos de alumnos. Pues bien, debatámoslo todo, evaluémoslo todo… y no solo a los docentes.
* Vicepresidente de PIDE
sábado, 15 de julio de 2017
"Los deberes, los puntos sobre las íes". Por Alfredo Aranda. Publicado en El Periódico Extremadura
Sin embargo, los alumnos y los padres, junto con los docentes, han puesto los puntos sobre las íes, han dado una lección a aquellas organizaciones, y a algún que otro francotirador, que querían abolir, a toda costa, los deberes escolares. Y es que el resultado de las encuestas que realizaron alumnos, padres y profesores, a instancias del Consejo Escolar de Extremadura, es claro: un porcentaje alto los dejaría como están, otro porcentaje nada desdeñable los racionalizaría un poco y solo un porcentaje bajo los quitaría; por tanto, nada nuevo bajo el sol.
Ya dije en múltiples ocasiones, en artículos de prensa y en otros foros, que no hacía falta gastar tiempo y dinero para llegar a una conclusión que era obvia. Los deberes son necesarios y deben ser racionalizados y de calidad, que valgan para construir y asentar conocimientos; y, así, el alumno podrá conciliar la vida escolar y lúdica con naturalidad. Pero los ‘erre que erre’ no se daban por vencidos y querían abolir los deberes, defenestrarlos, guillotinarlos, quemarlos en la plaza pública cual bruja malvada que aterroriza a los niños y les quita la infancia.
Siempre me sorprendió que las asociaciones de padres quisieran suprimir los deberes; pero no eran las asociaciones, ahora ya lo sabemos, era una cruzada personal del presidente de la FREAPA-CP que, a las pruebas me remito, tiene poca sintonía con las asociaciones, y con los padres, que dice representar.
En resumidas cuentas: que todo seguirá como hasta ahora; simplemente que desde el comité de expertos, que ha hecho el trabajo previo, y desde el Consejo Escolar de Extremadura, que rematará las conclusiones, se darán una serie de recomendaciones, sobre los deberes, a los docentes que estos valorarán en su justa medida. Pero queda claro que los docentes pueden hacer lo que consideren dentro del ámbito de su competencia y con el aval de su libertad de cátedra.
Cada grupo de alumnos es diferente, cada alumno dentro del grupo es distinto, cada materia tiene unas necesidades específicas, cada tema de trabajo supone esfuerzos diferentes para asumir sus contenidos… No se puede encorsetar la labor de los docentes, inmiscuirse en sus planteamientos y programaciones.
Han pretendido monitorizar la actividad de los profesores, decidir cómo tienen que impartir su docencia, menospreciar su implicación y su profesionalidad… pero lo que se ha demostrado es que los docentes, la inmensa mayoría, saben bien qué tienen que hacer en sus clases, cómo tienen que proceder para sacar del alumno el máximo rendimiento. Lo que falta, en realidad, es una mayor implicación de las autoridades educativas dotando de personal y recursos a los centros para que puedan enfrentarse, con garantías, a las dificultades diarias; y una mayor implicación, por añadidura, de toda la comunidad educativa en la educación de los alumnos y, de esta manera, conseguir entre todos las mejoras que el sistema educativo pide a gritos.
* Vicepresidente de PIDE.
miércoles, 31 de mayo de 2017
Pruebas LOMCE o los “distractores” de la educación. Publicado en el Diario Hoy. Por José Antonio Molero
viernes, 12 de mayo de 2017
Dinero público, educación pública. Publicado en El País. Por Alfredo Aranda (Vicepresidente de Pide)
La Constitución española garantiza en su artículo 27,5 el derecho a la educación y la creación de centros docentes (los que sean necesarios, añado).
Es, precisamente, la falta de centros docentes públicos lo que llevó, hace más de treinta años, a concertar unidades con centros privados para abarcar la demanda existente de puestos escolares que, por aquel entonces, excedía la oferta pública. De hecho la concertación nació con el único objetivo de concertar unidades solo allí donde la educación pública no llegara. Una vez que la red pública se ampliara y abarcara, por tanto, la demanda de escolarización los conciertos dejarían de ser necesarios. Pero después de más de tres décadas la realidad es otra y los conciertos con los centros privados (que nacieron oficialmente con la LODE en 1985) siguen aumentando, incumpliendo el objetivo primigenio. Y todo como resultado de los 40 años de retraso que trajo la dictadura franquista, y que conllevó un parón en seco de los niveles de escolarización por la «medievalización» que trajo a la sociedad y, como consecuencia, una desatención de la red pública de educación. Sin dictadura las necesidades de escolarización hubieran ido creciendo con el paso de los años, al mismo ritmo que en otros países europeos, y la red pública se hubiera ido adaptando, extendiéndose, para dar la respuesta necesaria. La concertación como está concebida en España es, básicamente, una anomalía democrática, un anacronismo, producto de 40 años de oscuridad, que ya no tiene sentido.
Hay centros públicos agonizando por falta de alumnados mientras se conciertan centros privados próximos
Por una parte tenemos un claro incumplimiento constitucional dado que la red pública sigue siendo insuficiente y, por otra, una concertación indiscriminada que rompe el principio de concertar solo allí donde no llegue la educación pública. Nos encontramos con centros públicos agonizando por falta de alumnados mientras se conciertan unidades con el centro privado de al lado, y esto lo hicieron y lo siguen haciendo gobiernos de derechas y de izquierdas.
Los defensores de la educación concertada se aferran al argumento demagógico de subsistencia de que la concertación responde al principio constitucional de libertad de enseñanza. La libertad de enseñanza debe ejercerse solo entre lo público y lo privado y, por tanto, está asegurada. El Estado debe garantizar una enseñanza igualitaria, neutra y laica, alejada de cualquier adoctrinamiento. Solo la educación pública puede garantizar estos principios por lo que debe ser la única financiada con fondos públicos.
En Europa más del 90% del alumnado está escolarizado en centros públicos, sin embargo en España ronda el 70% y, en ciudades como Madrid o Barcelona, lo concertado supera a los públicos.
Un estudio de la OCU concluyó que los colegios concertados son un 70% más caros que los públicos
Los centros concertados deberían desaparecer o ir transformándose en públicos, para ello nuestra organización sindical, PIDE (Sindicato del Profesorado Extremeño), ha instado a los Grupos Parlamentarios presentes en el Congreso de los Diputados, a presentar una Proposición No de Ley para acometer los cambios estructurales necesarios para que la Educación Pública sea la única financiada con dinero público. Tenemos la convicción de que el dinero público se debe emplear en lo público y no en mantener negocios privados, de lo contrario lo que se está haciendo es malversar el dinero del contribuyente.
Lo que nuestra organización sindical ha solicitado es, grosso modo, que las sustituciones o vacantes de los centros concertados se cubran por interinos de las listas públicas, y que las jubilaciones (o cualquier nueva plaza) se oferten en el concurso de traslados para los profesores funcionarios de carrera.
De esta manera los centros concertados irían transformándose en públicos, y los profesores de dichos centros tendrían asegurado su puesto de trabajo hasta la jubilación, ventaja que ahora no tienen (aunque su condición administrativa sería distinta a sus compañeros de oposición).
En este nuevo escenario que se plantea, el centro concertado que no aceptara dicha proposición dejaría de recibir las subvenciones públicas y pasaría a ser un centro estrictamente privado, financiándose con la cuota de los padres de los alumnos que estuvieran escolarizados en dicho centro.
No podemos olvidar que los costes de la enseñanza concertada, superan de largo a la pública. Un estudio de la OCU llegó a la conclusión de que los colegios concertados son un 70% más caros que los públicos. En la mayoría de los centros concertados investigados los padres tenían la obligación de pagar alguna cuota (500 euros anuales de media). La gratuidad de la enseñanza que promulga la constitución debe ser respetada por todos los centros sostenidos con fondos públicos, y la Administración tiene la obligación de velar porque así sea.
Alfredo Aranda Platero es vicepresidente de PIDE (Sindicato del Profesorado Extremeño).
viernes, 28 de abril de 2017
"Alumnado y reivindicaciones docentes" por Raúl Fernández. Publicado en el Periódico Extremadura
lunes, 13 de marzo de 2017
Deberes escolares: “Vuelta la burra al trigo”. Por Alfredo Aranda
Deberes escolares: “Vuelta la burra al trigo”.
El jueves 9 de marzo de 2016 en “tribuna abierta” de El Periódico el Sr. Víctor Bermúdez Torres, miembro del Consejo Escolar de Extremadura, tachó la posición de PIDE en contra de los cuestionarios sobre los deberes de “rabieta sindical” en su artículo “Deberes, rabieta sindical y huelga educativa”.
Es preocupante que un miembro del Consejo Escolar, activista político y profesor de filosofía, como el Sr. Bermúdez tergiverse la realidad e intente menospreciar los argumentos de quien no está de acuerdo con él.
El Sr. Bermúdez dice no entender por qué no nos ha sentado bien la propuesta de regular los deberes y que parecemos, añade, “defender un modelo pedagógico más tradicional aún que el tardofranquismo”. Cuando alguien pasa al insulto, como ha hecho el Sr. Bermúdez, ya ha perdido la razón; acusar a un tercero de actitudes franquistas, tardofranquistas o neofranquistas es un insulto, dado que todos conocemos los desastres de la miserable dictadura que vivimos durante 40 años. Además alguien que defiende, como el Sr. Bermúdez, la religión dentro de la escuela es el menos indicado para acusar a nadie de actitudes franquistas, y menos a PIDE que ha defendido siempre que la religión debe salir de las aulas y que la educación pública debe ser la única financiada con dinero público. Exactamente lo contrario piensa el Sr. Bermúdez que, en la extraña deriva ideológica que ha emprendido, parece haberse hermanado con los tradicionales posicionamientos ideológicos defensores de la religión.
Nos recuerda el Sr. Bermúdez que PIDE fue uno de los 8 miembros de la comisión de los deberes, por lo que le parece extraño la protesta sindical en contra de los cuestionarios. Efectivamente, Sr. Víctor Bermúdez, fuimos uno de los ocho miembros; se lo repito, 1 de 8; se lo reitero, un octavo (ese fue el peso de PIDE en la comisión). Poco más hay que decir.
El ínclito Don Víctor nos pregunta qué hay de malo en los cuestionarios y acusa a PIDE de un corporativismo ciego y dogmático. De la acusación no voy a invertir tiempo es defendernos porque viene del defensor de la religión en la escuela, por tanto de cegueras y dogmatismo el acusador va servido. Pero sobre qué hay de malo en los cuestionarios si debo expresarme. Los cuestionarios, como ya he dicho en ocasiones varias, son profundamente descompensados dado que todos los padres, todas las madres y todos los alumnos de los grupos seleccionados podrán participar, mientras que por parte de los docentes solo el tutor será escuchado. El resto de profesores serán silenciados. También hay que recordar, para los olvidadizos, que en la comisión permanente del Consejo Escolar de Extremadura, no se permitió hacer ninguna enmienda, lo que constituye un claro síntoma de imposición. Y añado también que en dichos cuestionarios no tienen ningún reflejo preguntas muy interesantes para una tipología determinada de padres, cuestiones que evaluaran la sobrecarga de actividades extraescolares a las que muchos padres someten a sus hijos, o el nivel de satisfacción con el resultado académico de sus hijos y su nivel de esfuerzo, o si conocen el funcionamiento del centro, si cuestionan la decisiones “disciplinarias” que los docentes toman con respecto al comportamiento de los alumnos, etc. Preguntas que evalúen a los padres y madres, dado que estos también tienen responsabilidad en el éxito o fracaso de los escolares. Polarizar la discusión entre deberes “sí” o deberes “no” es inapropiado, es una actitud maniqueísta que no lleva a solucionar ningún problema. Los deberes no son malos, otra cosa es que se utilicen mal, se manden deberes inapropiados o en cantidad excesiva. Pero ese es otro debate. Hay que partir de deberes “sí” pero añadiendo “según y cómo”.
Dice la sabiduría popular que no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que le que no quiere oír. El señor Bermúdez argumenta que los deberes hay que racionalizarlos, que es lo que vengo diciendo desde hace mucho tiempo y en muchos foros diferentes, pero parece que el Sr. Bermúdez ni ve ni oye.
Los deberes cuando son de calidad y racionalizados son beneficiosos para los niños. Eso quedó claro, en su momento, en el informe PISA. En 2014 un estudio de la OCDE demostró que en alumnos de 15 años los deberes eran positivos, aunque reconocían también la importancia de la relación estudiante-profesor, las tutorías personalizadas y el sistema educativo de la nación. En su día el informe PISA concluyó que los deberes son una oportunidad más para el aprendizaje, pero que había que buscar fórmulas para evitar las desigualdades socioeconómicas de los alumnos desfavorecidos. Resulta muy difícil, inútil podríamos decir, convencer a alguien de que vea lo que no quiere ver. Aunque no pierdo la esperanza del que el Sr Bermúdez abandone el maniqueísmo al que parece estar asido con inusitada fuerza, y desista de actitudes inmovilistas y cínicas en las que con tanta naturalidad se nueve, y empiece, por fin, a entender que las cosas no son blancas o negras, y que en la gama de grises reside, normalmente, la razón.
En realidad el Sr. Bermúdez y yo estamos de acuerdo en más cosas de las que puede parecer a primeva vista. Estamos de acuerdo en que es conveniente racionalizar los deberes y que estos sean de calidad, coincidimos en lo perjudicial que es el exceso de ratio y la falta de medios y, en líneas generales, ambos convenimos que la LOMCE hay que derogarla. Pero no estamos de acuerdo en otras cuestiones: él quiere la religión dentro de la escuela, yo no; él quiere los cuestionarios sobre los deberes aunque estos silencien a la mayoría de profesores, yo no; él recela de los deberes con contumaz insistencia, yo no…Al margen de coincidencias y divergencias, lo sano es debatir y enfrentar ideas para llegar a un punto de encuentro. Y si esto lo hacemos con la mente abierta y desde el respeto, mucho mejor.
Alfredo Aranda Platero
Vicepresidente de PIDE