Parece que a Joaquín León, presidente de la FREAPA-CP, le ha
molestado que en un artículo que publiqué en este diario, dijera que
parece no representar a las asociaciones de padres por cuanto que su
intensa campaña de abolición de los deberes no ha sido secundada, como
él esperaba, por los padres (ni por los alumnos, ni por los docentes).
En la hondura de su disgusto yace, pertinaz, la realidad de los
resultados de las encuestas sobre los deberes; que avalan las tareas
escolares como necesarias y que, además, muestran con claridad meridiana
que los problemas que hay que solventar son otros por mucho que algunos
pretendan culpabilizar a los deberes de todos los males.
Prosigue
su discurso asegurando que soy incongruente porque nuestro sindicato se
abstuvo en el dictamen final de las recomendaciones, sobre los deberes,
del Consejo Escolar. PIDE participó en los debates de la Comisión
Permanente y muchas de nuestras demandas aparecieron en el dictamen
final, pero no todas las que hubiéramos querido y, congruentemente, nos
abstuvimos.
Desde el inicio estuvimos en contra de los cuestionarios, no
del debate; porque considerábamos, y seguimos considerando, que se
ponía en tela de juicio la «libertad de cátedra» de los docentes, pero
no porque esta sea intocable, como dice Víctor Bermúdez, miembro del
Consejo Escolar, de forma jocosa ensimismado en su propio ego
filosófico, sino porque lo recoge el artículo 20 de la Constitución.
Pese
al posicionamiento inicial de PIDE decidimos participar en el asunto,
dado que pertenecemos a la Comisión Permanente del Consejo Escolar de
Extremadura, con la intención de mejorar el documento final (cosa que
hemos hecho) y ser testigos de cómo se sucedían los acontecimientos. Con
esta actitud, crítica pero constructiva, conseguimos introducir algunas
mejoras (no todas lo que hubiéramos deseado), salvaguardar la libertad
de cátedra de los docentes y, acto seguido, abstenernos para ser
coherentes dada la equidistancia entre nuestra posición inicial y lo
conseguido posteriormente. Es así de sencillo y de coherente.
El
representante de la federación de padres considera que no hay ningún
problema en evaluar al profesorado. Pero es que las encuestas en
cuestión, seamos serios y sinceros, no evaluaban al profesorado,
evaluaban la idoneidad de los deberes; tergiversar la verdad tiene poco
recorrido y más en cuestiones de este calado.
Prosigue el
presidente de la FREAPA-CP diciendo que ellos quieren que baje la ratio
alumno-profesor, que se han manifestado contra la LOMCE y contra las
reválidas y que PIDE no ha estado en esa lucha. Es del todo inaceptable
que alguien diga, de espaldas a la verdad, semejante cosa. PIDE ha
estado luchando contra la LOMCE y contra las reválidas con una
contundencia incontestable y de eso los profesores son conscientes.
Hemos
dicho en infinidad de ocasiones que los deberes, mandados en su justa
medida y siendo de calidad, no suponen ninguna carga para el niño, más
al contrario sirven para asentar conocimientos y crear hábitos de
estudio; nada más y nada menos que «conocimientos y hábitos», que son la
base fundamental para construir con éxito la vida académica de los
alumnos.
Solo al final de su artículo, el dirigente de la
FREAPA, acierta en su discurso: es necesario el debate. En eso, sin
duda, estamos de acuerdo. Un debate que implique y afecte a toda la
comunidad educativa, también a los padres y madres; dado que hay algunos
progenitores, pocos espero, que piensan que los niños son de su
propiedad y que están exentos de pasar ningún «examen de buena praxis
educativa».
Los padres, madres o tutores legales tienen
la responsabilidad, y la obligación (que no es opcional), de educar al
niño dentro del respeto, la empatía, el cariño… y cubrir sus necesidades
físicas e intelectuales, para que así asuman su responsabilidad para
consigo mismo y con los demás. Hay muchos niños, y eso lo sabemos todos,
que no tienen un control óptimo por parte de sus padres y esto les
puede llevar a sucumbir a influencias negativas. A muchos progenitores
les cuesta interactuar con sus hijos y no por falta de tiempo, sino de
sintonía con ellos. ¿Quién evalúa a las familias para que cumplan con su
parte de responsabilidad? Porque en el cumplimiento de esta
responsabilidad, está gran parte del éxito que después los docentes
tendrán con los grupos de alumnos. Pues bien, debatámoslo todo,
evaluémoslo todo… y no solo a los docentes.
* Vicepresidente de PIDE
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